Creación artística en el centro ocupacional

El Programa de Arte para personas con discapacidad intelectual del Centro Ocupacional y Centro de Día de La Puebla de Cazalla, tiene sus inicios en un primer Taller de Creación Artística que impartimos hace ya casi una década. En estos años hemos sido testigos del empoderamiento y crecimiento artístico y personal de las personas usuarias de estos centros, para quienes vivir el arte en primera persona ha supuesto habitar una realidad estimulante. El compromiso de continuidad ha sido clave para poder darles el espacio, más allá del evento aislado, que les permita desarrollar sus procesos creativos y poder consolidar un programa con proyección y trascendencia.

El proyecto, actualmente financiado íntegramente por el Ayuntamiento a través de un trabajo conjunto de las concejalías de Servicios Sociales y Cultura, y coordinado por nosotros (Alegría y Piñero), se concreta en tres vías de acción complementarias: las Residencias Artísticas, que han pasado de ser bianuales a un formato anual, las Jornadas Art Brut y el Taller de Creación Artística, con una duración de cinco meses al año.

Nuestra práctica artística siempre se ha desarrollado más allá de los márgenes del espacio del estudio. En la impartición de talleres específicos hemos encontrado una vía desde la que concebir una creación compartida que amplía nuestra propia experiencia como creadores. La primera vez que desarrollamos un programa formativo para personas con discapacidad intelectual fue en el Centro Ocupacional de La Puebla de Cazalla en el 2014. Seis meses de taller que iniciaron el camino que nos ha conducido hasta aquí, donde seis años después, podemos afirmar que ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de nuestra vida.

Desde el principio fue inevitable para nosotros establecer relaciones entre la singularidad de las obras de estas personas con discapacidad intelectual que comenzábamos a conocer y las creaciones de Art Brut que siempre habíamos admirado. Existían conexiones estilísticas y creativas: la falta de formación previa les empujaba a buscar lenguajes propios que dotaban a sus obras de gran rotundidad plástica. Sin embargo, fuera del espacio de taller, los gestos espontáneos de producción eran muy limitados. Esta ausencia de impulso creativo definía el taller como un catalizador indispensable para la creación. En una reflexión inicial en torno a la conveniencia de trazar hilos entre las creaciones del Centro Ocupacional y la terminología Art Brut, decidimos esquivar el término como definición o catalogación, y lo concebimos como un lugar desde el que reflexionar y comprender las creaciones realizadas por este grupo de personas con discapacidad intelectual del Centro Ocupacional.

En una primera etapa del taller de creación artística, nuestro interés estaba plenamente enfocado en sonsacar en los/as usuarios/as del centro, intereses, inquietudes y lenguajes propios. Por ello el desarrollo de los proyectos se generaba desde un proceso individualizado. Pronto comenzaron a destacar personas con una especial brillantez y rotundidad plástica. Benjamín Pineda, mostró desde el principio interés en el ejercicio del dibujo. Hasta el comienzo del taller, apenas dibujaba, sin embargo, se encontraba muy cómodo en el medio. Sus dibujos siempre parten de imágenes de referencia a las que somete a un ejercicio de copia indiscriminada. Más allá del resultado, Benjamín valora el estado de concentración que alcanza con el dibujo y que le resulta escurridizo en otros ámbitos de su vida. Los modelos siempre parten de un imaginario televisivo, retratos de actores que admira de una época casi siempre pasada, que él recuerda con cierta nostalgia. Al desvincularse de una forma completamente natural de un virtuosismo mimético de la imagen, sus dibujos expresan más allá de la copia. Cada elemento de la fotografía es transcrito, deshaciendo el orden presente en la imagen y generando una nueva jerarquía en la escena que no pertenece ya al modelo, sino a una percepción que transgrede la realidad de la imagen, para centrarse en la verdad del dibujo. Las expresiones de esos personajes, siempre sonrientes y espléndidos en las fotografías que escoge, se tornan grotescas y con identidad propia. El dibujo ha sido una herramienta básica del taller, pues genera una relación directa y accesible para la mayoría, aunque cada persona lo asume de manera muy distinta. (Fig. 1)

 

 

 

Fig.1. Benjamín Pineda. Rotulador sobre papel. 29,7 x 21 cm.2015.

 

Manolo Márquez, al igual que Benjamín, siempre prefiere partir de imágenes de referencia. Aficionado a la fotografía, anhela en sus creaciones cierto realismo que colisiona con su dominio de la técnica. En sus dibujos trasluce el diálogo entre lo que el artista pretende y lo que el dibujo, ajeno a imposturas, expresa por sí mismo. Sin embargo, para Domingo Reyes, todo está en su cabeza, no necesita nada más que un papel y un lápiz para generar historias fantásticas. En cada propuesta o actividad paralela que generábamos para explorar el dibujo desde otros medios, como el mural, la cámara oscura o la linterna mágica, nos desmontaban cualquier expectativa creada en torno a la representación que habíamos aprendido. La perspectiva aparecía en personas como Luis Moya reinventada, pues asumía de manera natural la superposición de un alzado, planta y perfil sobre un mismo dibujo. Sin conocimiento ni interés sobre cualquier sistema de representación, él desarrolla una metodología propia, clarividente, sobre cómo un objeto acaba representándose en el papel, asumiendo la irrealidad de la perspectiva y generando una visión completa de éste en el dibujo, que le permite atraparlo.

Al pasar a la pintura surgían otros conceptos más centrados en la gestualidad y la expresividad del medio que en la representación. Una auténtica revelación era presenciar los procesos de personas como Elena García y Mª Carmen Bohórquez (Fig. 2) que, apoyadas en un gesto repetitivo que les conducía a cierto estado creativo, generaban abstracciones cuyo interés sobrepasaba su propio placer en la realización, para ofrecer un potente testimonio plástico para quien observa el resultado, del que por otro lado ellas se desvinculaban completamente una vez lo daban por acabado.

Fig.2. Mª del Carmen Bohórquez. Tríptico. Acrílíco sobre cartón proyecto. 50 x 70 cm cada parte.2015

 

Especialmente enigmático resultaba el proceso en ellas, pues ninguna de las dos habla o escribe, el gesto transciende como medio para la edificación de un diálogo con la materia. La no finalización de la obra era una constante en el grupo, pero especialmente destacable en Ana Gómez que, con un gran impulso ornamental, supera el horror vacui y continúa pintando, incluso cuando no queda vacío, hasta crear imágenes superpuestas que solo finaliza en el momento en el que el taller termina. (Fig. 3)

Fig. 3. Imágenes captadas en 12 pasos distintos del proceso pictórico de Ana G. sobre un mismo soporte.

Durante 3 sesiones, superpone capa sobre capa. 50 x 70 cm. 2017

 

Más allá de estas personas que evidentemente muestran una inclinación hacia la práctica artística, nos sorprendía la actitud creadora del colectivo. Ofrecer un lápiz y un papel a un grupo de personas adultas, sin formación artística ni interés previo y que la reacción sea un arrojo sin miedos ni titubeos, es lo que hace posible hablar de arte en Centro Ocupacional. No son veintiséis artistas con un potencial estilístico único, son veintiséis personas adultas, con experiencias y perspectivas propias, sin miedo a expresarse a través de una huella del arte. Su libertad creativa viene además apoyada en una percepción del mundo que celebra la diversidad. Es la mirada de quien contempla la que debe dirigir su ánimo para entregarse a su peculiar subjetividad. Abandonarse en sus derivas poéticas. Comprender que no existe un buen hacer, sino un hacer de verdad.

El flujo creativo que se generaba a un nivel grupal y su preferencia generalizada por trabajar siempre en equipo, fue conduciendo el taller hacia actividades grupales, donde más que un proceso colectivo, se fomentaba una creación individualizada, cuya unión generaba finalmente un todo. En este sentido el audiovisual fue adquiriendo cada vez más protagonismo, pues nos permitía diversificar los recursos y abarcar, bajo un mismo proyecto, procesos muy distintos, donde cada usuario/a podía encontrar el espacio creativo que le resultase más estimulante. Así fueron surgiendo grandes creadores de historias, narradores, intérpretes y dobladores, sonorizadores, dibujantes y animadores, realizadores, etc…[1] (Fig. 4)

 

Fig. 4. Dibujo de Manuel Márquez sobre pizarra vileda.

Animaciones para la videocreación colectiva “Dinastía”.2017

 

 

 

 

El taller, con el tiempo, ha ido diversificando sus objetivos y vías de actuación, concibiendo otros contextos, más allá del específicamente artístico (exposiciones, galerías, coleccionismo) como son la publicidad o el diseño. Así, por ejemplo, el taller de videocreación se expandió y además de realizar sus propias creaciones, generamos un taller específico de videocreación publicitaria en el cual, financiado por empresas de La Puebla de Cazalla, se creaban anuncios publicitarios a empresas y entidades próximas, que se emitían en las televisiones locales y redes sociales. Otro ejemplo es la Baraja Morisca, baraja española de cartas, diseñada y coloreada por once usuarios/as, que ha alcanzado una gran acogida. (Fig. 5)

Fig. 5. “Baraja Morisca”.2020

 

 

Consciente de que cuando se habla de una identidad de colectivo hay muchas individualidades que se pierden en el camino, se hace necesario dedicar una especial atención en este texto a Fátima Calderón.

El caso de Fátima Calderón es la excepción en todos los sentidos. Fátima se incorporó al Centro Ocupacional un año después de nuestra primera experiencia en el centro. Nuestro acceso a la obra de Fátima fue paulatino. Primero, con recelo, nos enseñó sus antiguos dibujos realizados sobre hojas de cuaderno. En cada página aparecía una extraña figura negra, mezcla de hombre y animal. Siempre el mismo nombre, “Marcos”, acompañado de diferentes apellidos y eclécticas referencias: Matrix, la lluvia ácida, una versión de las siglas de AC/DC, heráldica, animales mitológicos…Un total de más de cien dibujos a través de los cuales Fátima había definido las claves de un imaginario propio que evidenciaba una creatividad desbordante. Su virtuosismo técnico quedaba sometido a las exigencias de sus figuras. Su formación autodidacta nunca se centró en aprender a dibujar, sino en poder dibujar cada vez con más definición a su personaje. (Fig.6 y 7)

 

 

 

Fig. 6. Muestra de dibujos realizados por Fátima Calderón entre 2002 y 2003. Tras esta etapa de gran producción, dejó de dibujar varios años en los que se dedicó a borrar digitalmente, de sus más de 100 dibujos, las líneas de pautado de las hojas de cuaderno sobre los que estaban realizados. Desde entonces, Fátima siempre dibuja sobre fondo blanco y cada vez es más exigente con los soportes. En los últimos años se ha ido sintiendo cada vez más cómoda en un formato digital y actualmente el color en sus dibujos siempre lo aplica con programas de edición que ha aprendido a utilizar de manera autodidacta.

 

Fig. 7. Vistas de ambas caras de uno de los dibujos realizados por Fátima Calderón en 2002.

Fascinados por la expresividad de sus figuras y lo misterioso de sus escenas, comenzamos a preguntarle sobre su proceso creativo. De forma escueta Fátima respondía a nuestras preguntas: el nombre de Marcos era una referencia bíblica a San Marcos y su morfología derivaba de la mezcla de hombre y antílope. Siempre eran figuras masculinas y de color negro. En nuestras conversaciones había muchas cuestiones que quedaban sin respuesta, a veces porque Fátima prefería no revelar ciertos asuntos y otras porque eran igualmente enigmáticas para ella. Tras su incorporación al centro, Fátima comienza una nueva etapa en la realización de sus dibujos. Sus figuras aparecen ahora mucho más esbeltas y con una anatomía más definida. Profundiza en personajes concretos que dibuja una y otra vez en distintas circunstancias y empieza a realizar relatos en torno a la vida de estas criaturas. Desde el 2017 centra sus dibujos y escritos en dos grupos, la familia Phllowers y la familia Severinni. Fátima escribe: En el principio de los tiempos existía un planeta llamado Tierra con un solo continente denominado Pangea 1. En el periodo Glacial cayó un meteorito en el océano que generó una sustancia simbiótica viscosa y negra. De esta sustancia surgieron especies marinas como  los esturiones, que  fueron evolucionando hasta convertirse en marxkwalles y en homoneckrows. En la Edad de Hielo convivieron varias familias de estas especies, generándose dos líneas principales: los Phllowers y los Severinni.  En la época moderna cada familia emigró a un lugar distinto de la geografía española. Por un lado la familia Phllowers emigró hacia el noroeste Atlántico y por otro la familia Severinni emigró al sureste Mediterráneo. Ambas familias se unieron al enamorarse Margk (Phllowers) y Mergk (Severinni).

Aunque algunos de los miembros de ambas familias se llevan bien, pronto surgirán algunos conflictos políticos entre ellos que terminarán en un acuerdo de paz.” (Fig. 8)

 

Fig. 8. Margko Phllowers Hernanz, alias Merxhellip, junto a su familia. 2019.

 

 

En un intento por comprender mejor el imaginario que ella misma ha creado, la artista se esfuerza por generar una coherencia espacio temporal que soporte su ficción. Pero su forma de trabajar, donde lo concreto queda definido mucho antes que lo general, esquiva una lógica narrativa. Así sus personajes habitan simultáneamente pasado y presente, generando una idea de atemporalidad muy arraigada a su obra. Otro aspecto que potencia la extrañeza del personaje, es la naturalidad con la que habita en una realidad reconocible. Fátima no ha creado un contexto aparte donde viven estas criaturas. Marcos se define desde el entorno histórico, cultural y religioso que la artista conoce, pero donde los seres humanos parecen haber desaparecido por completo o no haber existido nunca. En sus escenas nunca aparece otro animal vivo que no quede sometido a la morfología de Marcos: una mochimariomns para llevar el alimento en sus largos viajes, una bicimariomns, un Marxckwhalle-Navy-Ship para navegar por el atlantico… (Fig. 9)

 

Fig.9. Imágenes de la videocreación “Mergk 2. Viaje con Maximiliano y la maldición de Necrows” realizada por Fátima Calderón en el taller de videocreación del Centro Ocupacional entre 2018 y 2020. Fátima realiza los dibujos de las figuras y los fondos (la Alhambra, el interior de la Catedral de Sevilla, las orillas del Guadalquivir a su paso por Córdoba) y les aplica el color digitalmente. Los guiones están elaborados por ella y cuenta para los doblajes con compañeros/as del Centro. Edición realizada por Alegría y Piñero.

En el taller de arte del Centro de Día Ocupacional de La Puebla de Cazalla, Fátima ha encontrado un lugar donde seguir profundizando en su proyecto, iniciando una labor de investigación, definiendo las líneas evolutivas de estos personajes hasta detallar su genealogía. El proceso creativo de Fátima se aleja de una planificación conceptual al uso, que la distancia de la escena de la ilustración o el cómic. Su vivencia del proceso creativo resulta abrumadora, pues aun siendo consciente de que las imágenes que crea surgen de su invención, percibe su obra como un ente vivo que tan solo puede expresarse desde el ejercicio del dibujo. Lo minucioso de su trabajo la somete a un ritmo pausado. Es en este espacio de concentración donde Fátima imagina mientras traza. Ella misma afirma que no inventa, sino que descubre en el dibujo esa otra vida que se esconde tras la línea. La necesidad vital de proyectarse y comprender el mundo a través de ese otro ser, define su obra como un proyecto de vida. (Fig. 10 y 11). Descripción de Merxhellip y dibujo de la escultura Merxheido. 2019

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] Sus videocreaciones se pueden visualizar en la web del M.A.C. José María Moreno Galván. http://macmorenogalvan.pueblacazalla.com/audiovisuales.php

 

Compartir: