Panorama móvil (Ojo Pértico) (2019-2025)
«Panorama móvil» es un proyecto de investigación desarrollado en colaboración con el Colectivo Ojo Pértico (personas usuarias del Centro de Día y Centro Ocupacional de La Puebla de Cazalla) y se enmarca dentro del programa de Arte para personas con discapacidad, financiado por el Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla, y coordinado por Alegría y Piñero desde 2014.
El panorama móvil del colectivo Ojo Pértico está inspirado en el espectáculo pre-cinematográfco del siglo XIX «Gran panorama móvil del Misisipi» de John Banvard.
La mayoría de las investigaciones sobre los Panoramas del siglo XIX se centran en los panoramas circulares: grandes arquitecturas que permanecían fijos en una ciudad y que brindaban al espectador la posibilidad de ver una pintura enorme que les ofrecía una vista de 360 º de la capital. Por sus dimensiones y espacio envolvente, el espectador, convertido en el centro, podía contemplar una ciudad desde una nueva dimensión. Los panoramas móviles, sin embargo, eran ambulantes. Llevaban sus historias de ciudad en ciudad, también a los pequeños pueblos y zonas rurales. Los panoramas móviles consistían en un largo rollo de tela que conforme se desenrollaba pasaba ante el espectador ofreciéndoles un asiento en primera fila ante las escenas de viajes, aventuras, o grandes acontecimientos históricos que contenían. Mientras que los grandes panoramas circulares solían pintarlos artistas formados por la Academia, a menudo los panoramas móviles eran pintados por personas sin formación, estos panoramas se consideraban como arte naif o popular. Apenas se conservan ejemplares porque prácticamente se usaban hasta casi desvanecerse, rotos en pedazos. Esta idea de gastar una pintura de tanto usarla, es una expresión más de la fisicidad del medio. El panorama móvil se concibe como un antecedente del multimedia, pues además de lavisualización de la pintura, el espectáculo se concebía como una obra de arte total en la que convivían escenas teatrales y de danza, con las locuciones de los narradores, sombras chinescas o dioramas.
El panorama móvil, como la mayoría de los espectáculos del precine, quedó relegado al olvido en la carrera hacia la invención del espectáculo más efectista y veraz, que encumbra al cine como su meta. Este proyecto pretende revisar este espectáculo en desuso, esquivando la nostalgia precinematrográfca, entendiéndolo como un medio que va más allá del cine y que genera lenguajes propios y únicos. El artilugio, la estructura y su gran rollo de pintura, tiene un carácter objetual, casi escultórico.
El panorama móvil tiene una presencia plástica, física, escénica. Sitúa al dibujo y la pintura como centro y genera una nueva visión de la imagen dotada de tiempo y movimiento. En la sencillez de este aparato, en lo directo y palpable de efecto, es más fácil comprender nuestra propia relación con la imagen que en los medios audiovisuales actuales, pues, paradójicamente, conocer cómo se produce el efecto no anula nuestra capacidad de engaño, sino que nos hace aferrarnos con más fuerza a la fantasía.