Resonadores de voz

Cerámica, pvc, acero, alambre y cuerda. 33 x 33 x 31 cm. cada tambor.  

Dos tambores cerámicos conectan sus parches a través de un muelle. Estas membranas están afinadas para que vibren por simpatía en un espectro de frecuencias cercanas a la voz. La espiral de acero que las conecta, aporta un potente efecto de reverberación a su sonoridad. Cuando se habla en su proximidad, las obras se activan. Los tambores se apropian de nuestras voces, alargan su sonido y nos lo devuelven transfigurado, desenfocado, ininteligible y profundo.

Nuestra relación con el espacio está íntimamente relacionada con el sentido del oído, por ello, al colocar estos tambores en un lugar pequeño se genera una extraña ilusión espacial: a su lado, nuestras voces adquieren la cualidad reverberante que tendrían al estar en un espacio amplio como una catedral. Una trampa al oído que nos cuestiona nuestra propia percepción y nos transporta a otro lugar.

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