Palabras figuradas
El proceso comienza con una indagación basada en la manipulación directa del barro. Vamos buscando sonidos humanoides mediante un ejercicio de diálogo con la materia. Un proceso casi oracular en el que, conforme vamos reconociendo fonemas, vamos redirigiendo nuestros gestos sobre el barro hasta revelar el habla encontrada. La serie “Palabras figuradas” es la concreción de esta experimentación orgánica. Alrededor del pito de caña vamos generando esculturas huecas que modulan la salida de aire. Un primer sonido gutural, casi animal, producido por las membranas en vibración de los pitos, se va transformando en una voz que pronuncia palabras concretas: amarra, feliz, anhela y habla. La gravedad del pito, la presión de aire que requiere en cada caso o las grietas que surgen en el barro, determinan la concreción de la voz, que se presenta como un hallazgo irrepetible en esta búsqueda. Este modelar de oído altera nuestra percepción a la vez que da forma a la materia. Oímos voces, más allá del barro, en una puerta que se abre, en el aire que atraviesa una rendija, en el martillo del vecino. A través de esta serie de esculturas, el hallazgo transciende su condición de anécdota y se define. El barro fresco se endurece, se cuece, el sonido de su voz se graba y, atrapado, se reproduce en bucle. Cada forma cerámica tiene un fuelle de madera para inflar la bolsa hermética que, al ser presionada, genera el soplo de aire y revela el hueco, pronunciando una y otra vez. Cada variación es un intento por decir, a la vez que una oportunidad para comprender, la palabra.
“Palabras figuradas: amarra.” 2020
“Palabras figuradas: habla.” 2020
“Palabras figuradas: feliz.” 2020
“Palabras figuradas: anhela.” 2020
cerámica, madera de cerezo, bolsa de goretex, caña, altavoz y reproductor.
Medidas: Caja 1 (fuelle): 45 x 38 x 32 cm aprox. Caja 2 (altavoz): 30 x 24 x 16 cm.
(Financiado con Ayudas a la creación PROPUESTASVEGAP 2019)