La prueba de fuego de la condesa ante el emperador Oton III

Cátalogo de la exposición «Prueba de fuego» en la Sala Iniciarte. Córdoba. Texto de Víctor Borrego.

La serie Prueba de fuego toma como punto de partida la obra del siglo XV “La prueba de fuego de la condesa ante el emperador Oton III”

En esta pintura del flamenco Dieric Bouts, la figura central está siendo sometida a una ordalía, manteniendo una barra de hierro candente en la mano sin el menor atisbo de dolor. Su quietud se percibe entonces como acción viva y su hieratismo como gesto contenido. Tratamos
de revelar ese tiempo larvado latente en la representación,desvelando aquello que la imagen se esfuerza en ocultar.

Cada pieza de la muestra es en sí un ejercicio al que la imagen queda sometida: la figura central del cuadro es vertida hacia dentro, triplicada y deformada hasta esquivar su voluntad erguida; arrodillada y desplegada; su rostro, dibujado 480 veces, pierde su mutismo y encuentra en el margen de error de la repetición su expresión; la cabeza, herramienta y huella, se oculta y proyecta tras el hueco; la silueta de la emperatriz es facetada en círculos que, al perder su centro, desvelan un gesto oculto en su postura. Su giro vertical se transforma en sinuoso movimiento lateral, girar cíclico, hipnótico, que se despliega en un coro de figuras que duplica y genera un eco de sombras controlado.
Duplicidades, espectros, vacíos revelados que se hacen tangibles a través de rudimentarios artificios ópticos. Artilugios que catalizan, dilatan, fragmentan y centrifugan ese tiempo larvado, extenuando a la imagen hasta revelar lo que denominamos su expresión fantasma.

 

 

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