Fuente

Instalación en el espacio urbano realizada tras la invitación por parte del Colectivo DC7.
Inmediaciones de la Torre de la Calahorra (Córdoba, diciembre 2010).

 

«Para el hacedor de jardines urge delimitar un fragmento de territorio, levantar un muro perimetral, trazar un cerco, para que la naturaleza entrópica se convierta en imago mundi, mónada, paraíso paradigmático, lugar en el que la naturaleza queda «artealizada», formalizada como imagen. Como el templum romano (el recorte en el cielo que el augur realizaba desde la plataforma del contemplum), el jardín es también encuadre o, mejor, lugar delimitado para el vivir contemplando.»

MUGUIRO, Carlos: Desbordamiento de Val del Omar

Este lugar acotado es el que marca la letrina dentro del espacio urbano. En su interior se da rienda suelta a aquello que fuera de los límites de ésta es inconcebible. La existencia de este espacio dentro de la ciudad permite ocultar aquello que no se puede ver, que aun formando parte de nuestra naturaleza se rechaza y oprime hasta limitarlo dentro de un espacio muy concreto, que aunque oculto no deja de estar presente.

Como en toda entrada de jardín, el agujero en la letrina provoca rechazo y atracción. En el centro se encuentra la fuente.

 

La fuente, mecanismo de transmutación de la carne, de la imagen procesada y embutida que penetra a través del ojo para salir de la boca, de nuevo hacia el centro, convertida en laurel/aureo/oro/verbo.

Mecanismo de ciclo cerrado, lingam, huevo, andrógino.

 

 

 

 

 

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